Los quince minutos de Acuña y César para comprar un teléfono tras el crimen de Cecilia Strzyzowski

Cuatro días después del trágico asesinato de Cecilia Strzyzowski (28), dos de los siete miembros del “clan Sena” fueron captados por las cámaras de videovigilancia de una cadena comercial de electrodomésticos en la peatonal de Resistencia. César (19) y su madre Marcela Acuña (51), quienes son los principales sospechosos según el Equipo Fiscal Especial (EFE) liderado por Jorge Cáceres Olivera, fueron registrados comprando un teléfono el martes 6 de junio.

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En las imágenes se puede ver cómo ingresan al establecimiento a las 8:29:47 y realizan la compra, pagando en efectivo la suma de 234.999 pesos. La factura fue emitida a nombre de Acuña. La secuencia de los sospechosos continúa con registros a las 8:38:18, 8:41:48, 8:44:18 y 8:44:48, cuando madre e hijo abandonan el local con su adquisición. En tan solo quince minutos, los acusados del homicidio de Cecilia, ocurrido el 2 de junio en la residencia ubicada en Santa María de Oro 1460 de Resistencia, lograron reemplazar el teléfono.

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Llama la atención que en el marco de la investigación, que cuenta con más de 1000 fojas y casi 200 pruebas, todos los detenidos han tenido problemas con sus teléfonos celulares. Algunos se les rompieron, otros los extraviaron, y Acuña argumentó que el suyo se había mojado y también cambió de número. Para los investigadores, esta serie de incidentes con los celulares parece ser una maniobra para evadir la justicia y evitar que los investigadores accedan a fotos, chats y audios que podrían fortalecer aún más las pruebas incriminatorias contra los Sena, Gustavo Obregón, su exesposa Fabiana González, así como los caseros Gustavo Melgarejo y Griselda Reinoso, quienes se encuentran en prisión preventiva.

El día del asesinato de Cecilia, Acuña se comunicó a las 17:00 con Obregón diciendo: “Andá a ver a casa, parece que hay un cuerpo y tengo miedo porque vi a César lastimado. Estamos por salir con Emerenciano, nos vamos al barrio”. Además, el chofer y César mantuvieron comunicación constante después de las 19:00, cuando cargaron el cuerpo cubierto con bolsas de residuos y se dirigieron a “Campo Rossi”, donde incineraron los restos. Al llegar a las 20:00, Obregón observó a César manipulando dos teléfonos, el suyo y el de la víctima. Posteriormente, ambos dispositivos fueron desactivados y días después Obregón cambió de número y rompió el chip.

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