El agua caída en Resistencia en las últimas jornadas ha reeditado los viejos problemas que arrastra la capital del Chaco respecto de los drenajes pluviales.
Por su ubicación en el valle de inundación del río Paraná, la ciudad está expuesta permanentemente a los anegamientos, que si bien son temporales en la mayoría de los casos, complican el tránsito vehicular y llegan a afectar edificaciones.
La desidia en el mantenimiento de las bocas de tormenta en los años recientes de sequía y el relleno de los reservorios naturales como lagunas y riachos conforman la tormenta perfecta para que la situación se complique más de lo debido.
QUÉ ESPERAR LAS PRÓXIMAS SEMANAS
El ingeniero Hugo Rohrmann para conocer el panorama meteorológico que se espera en nuestra región. “Marzo y abril son meses de precipitaciones en nuestra zona. Este año las lluvias vienen más cargadas por la humedad extra que aporta el fenómeno de El Niño. Así que la perspectiva general es que continúe lloviendo hasta mayo, ya sea con mayor o menor intensidad dependiendo de la jornada”.
Respecto del corto plazo, Rohrmann indicó que “hasta el jueves el panorama seguirá igual en el sur y este del Chaco y norte de Santa Fe. Chaparrones, tormentas aisladas, con temperaturas que pueden llegar hasta los 30 grados. El jueves está pronosticado que se produzca un cambio brusco, con la entrada de un frente frío desde el sur. Se prevén máximas de 20 a 25 grados. Son las fechas de cambio de estación, y el paso del verano al otoño tiene estas particularidades en nuestra provincia. Abril es un mes que suele alternar días agradables tendiendo a cálidos con otros más frescos y con aguaceros”.
“A partir del viernes las precipitaciones se darán en todo el Chaco. Días pasados llegaron al Gran Resistencia y sur y este de la provincia, pero en el centro y el norte no llovió. Eso cambiará sobre el fin de semana. Creo que serán de 40 a 45 días con estas condiciones meteorológicas dominantes los que nos esperan”, agregó.
Preguntado acerca de qué pasará con el Paraná, el especialista indicó que “ya está finalizando la temporada de lluvias en las nacientes, y se espera que el balance esté entre normal y por debajo de lo normal. El Paraguay y el Bermejo tampoco registran un alza de su caudal, así que el río estará bajo. Un detalle que no es mínimo es que las represas que Brasil tiene sobre el Paraná han cerrado sus compuertas para llenar sus embalses y proseguir de esta forma con la generación de energía eléctrica. Eso afecta, por supuesto, al caudal aguas abajo. Y todo parece indicar que esa situación se extenderá hasta septiembre, cuando comience el período de precipitaciones en el sur de ese país”.